
Desde los inicios de The 1975 los discos de la banda han seguido la filosofía del “todo vale” y la han llevado al límite en cuanto a influencias y duración, pero Being funny in a foreign language rompe los esquemas anteriores, ya que con tan solo 11 pistas es su álbum más conciso. El vocalista y líder de la formación, Matty Healy, lo describió como una “polaroid” en lugar de una “obra magna”, una producción con la que han conseguido un sonido más maduro, pero sin perder la esencia que los ha situado como uno de los grandes referentes del pop rock actual.
Se trata de un conjunto de temas menos experimentales, un trabajo más clásico, quizás porque en esta producción dicen adiós a los sintetizadores y a la electrónica para entregar a sus fans un sonido más acústico. Being funny in a foreign language es el quinto álbum del grupo, un disco que ha visto la luz gracias a Jack Antonoff, uno de los mejores productores de la actualidad.
Como no podía ser de otra manera, el disco se abre con un tema llamado The 1975, Happiness es la siguiente pista, una canción muy pegadiza que funciona como el gancho perfecto para escuchar el resto del álbum. Con un sonido animado y rítmico, Looking for somebody (to love) puede llevar a engaños, porque tras ella se esconde una letra profunda que reflexiona sobre los discursos de odio, su peligro y la vulnerabilidad de los adolescentes ante estos.
El indie folk hace su aparición en Part of the band, un tema nostálgico, lleno de detalles y que se desenvuelve entre varios arreglos de cuerda. Sin embargo, las pistas centrales del álbum son temas bailables, con acordes sencillos y que están hechos para sonar en la radio: Oh Caroline, All I need to hear o I’m in love with you tienen la esencia de la banda, pero quizás son las canciones más comerciales del álbum. Según se va acercando su final, el disco se suaviza y pierde ese toque pop, de hecho, Human too destaca por la inmejorable combinación conseguida con el piano y el saxofón.
Finalmente, About you y When we are together cierran esta producción con la que The 1975 demuestra que no se necesita ser innovador y explosivo en todo momento. Este disco no supone un gran salto o un cambio de dirección para la banda, pero con Being funny in a foreign language la formación británica demuestra que ha alcanzado la madurez y que no necesita demostrar nada porque ya está consolidada como un auténtico referente generacional.
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