La creatividad y el talento definen a Maren, una joven artista que en los últimos años ha revolucionado el panorama indie nacional. Con una personalidad muy marcada y siendo fiel a ella misma, la cantante bilbaína ha conquistado al público con su primer disco, Margaritas y Lavanda (2021). Un proyecto muy personal compuesto en los tres idiomas que más domina, euskera, castellano e inglés y en el explora sus miedos, el paso del tiempo y los “malos rollos” en la industria.
¿Cómo y cuándo empezaste a escribir canciones?
Empecé a escribir de pequeña, para mí era una forma de jugar. Con el tiempo conseguí que la música fuese una manera de entender y ordenar mis pensamientos.
¿A qué suena Maren? ¿Cómo definirías tu música?
¡Uf! Nunca sé qué responder en estos casos. Maren suena a muchas cosas porque cada canción tiene un escenario diferente y la música tiene que acompañar eso. Me gusta pensar que me inspiran muchas cosas y que al juntarlas encuentro mi propio sonido.
Hemos leído que compones tus propios temas desde que eras muy pequeña. ¿Qué proceso sigues? ¿Nace antes la melodía o la letra?
Suelo improvisar. Me gusta hacerlo a la vez, poner la grabadora hasta que consigo algo que me gusta y empezar a trabajar esa idea. Aunque a veces sí que tengo una idea clara o un título que da pie al resto de la canción.
¿Te gusta explorar tu vida personal en tus canciones?
No sé si me gusta pero lo hago constantemente [risas]. Quizás porque para mí la música es un medio con el que canalizar vivencias. Siento que cuando lo que explico es algo que me ha hecho daño consigo algo bueno de todo ello; una canción. Creo que soy muy sincera en las canciones.
Hace un año que vio la luz Margaritas y Lavanda, tu primer disco. ¿Qué significó para ti compartir este proyecto con el público? ¿Cómo valoras la acogida que ha tenido?
Para mí es muy emocionante ver el impacto de algo que nace en mi habitación. Tenemos la suerte de tocar en muchos sitios, y es en los conciertos donde realmente ves lo que ha pasado. Estoy muy agradecida.
Qué diferencias hay entre Margaritas y Lavanda y Alguien sin vergüenza (2018), tu primer EP.
¡Muchísimas! Aunque creo que lo más importante sigue igual. Cuando publiqué Alguien Sin Vergüenza no tenía ningún tipo de experiencia en la industria musical y todo era nuevo, con Margaritas y Lavanda seguí aprendiendo y creo que nunca dejaré de hacerlo. Seguiré aprendiendo y trabajando en cada proyecto como si fuese aquel primero.
Hace unos días sacaste Margaritas y Lavandas (Versión extendida), el cierre perfecto para esta era. ¿Tienes algún proyecto abierto? ¿Nos puedes adelantar algo?
Sí, estoy trabajando en nuevas canciones y en un futuro disco. Lo poco que se ha materializado ya me emociona mucho y creo que será una nueva era divertida.
Muchos te definen como un soplo de aire fresco en la escena indie nacional. De hecho, nos ha llamado la atención que en tu disco mezclas tres idiomas: euskera, inglés y español. ¿A qué se debe esta combinación? ¿En cuál de ellos te sientes más cómoda?
Hablo cuatro idiomas e intercalarlos me parece natural. El euskera es mi idioma materno y es el que siento más cercano, pero creo que cada idioma me aporta algo musicalmente, por su sonido y forma de expresarse. Para mí son una herramienta muy guay.
¿En qué canción de tu disco hay más de Maren?
¡Buf no lo sé! Creo que soy todas las versiones que se pueden ver en mi música. Desde algo surrealista como Te invito a mi piscina (para matarte) a algo más serio y personal como El día que bajé las escaleras. Soy una mezcla de muchas cosas.
Nos gustaría hablar sobre Margarette, todos lloran por ti, una canción que hace referencia a tu alter ego. ¿De qué habla este tema?
Habla sobre los malos rollos en la industria que notaba sobre todo al principio, siendo la más joven y entrando en este mundo de adultos en el que era complicado encajar. Era una forma de decir que a pesar de todo seguiría haciendo mi camino. Tuve la suerte de compartir esta canción con Anni B Sweet, una artista a la que admiro mucho y con la que hicimos justo lo contrario de lo que decía la canción, nos unimos.
¿Qué diferencias hay entre Maren y Margarette? ¿Cómo y por qué nace este alter ego?
Margarette es Maren al cuadrado, son lo mismo pero a Margarette no le importa mostrar ese lado más irónico para explicar las cosas. El objetivo en realidad sería ser Margarette siempre, seguro que sería más divertido [risas].
En tu trabajo, tu estética y tus redes vemos una influencia francesa muy marcada. ¿De dónde viene esto?
Siempre me he sentido cercana a la estética de las películas o música francesa. Mis abuelos son muy fans de Françoise Hardy o Marie Laforet y yo también claro. Crecí escuchandolas y viajando mucho a Francia.
Tienes un sonido muy particular, alejado de las tendencias mainstream actuales y que recuerda a los 60 y 70. ¿Cuáles son tus referentes en este sentido?
Además de las que comentaba justo ahora, últimamente escucho mucho a los Pekenikes y los Relámpagos. Mis abuelos me dieron su colección de vinilos hace muchos años y creo que me han influenciado mucho, me gustaría coger esa influencia y llevarla a la actualidad dándole otra vuelta.
¿En qué época te gustaría haber tocado? ¿Por qué?
Oh realmente no lo sé. Supongo que idealizamos mucho épocas como los 60s o 70s pero la realidad es que la música nunca ha sido tan accesible como ahora. Aunque sí, ojalá haber sido contemporánea de los Beatles y ser colega [risas].
¿Alguna colaboración soñada?
Mi grupo favorito son los Arctic Monkeys, así a lo loco [risas].
También nos gustaría hablar de tu faceta como youtuber. ¿Crees que la plataforma te ayuda a conectar aún más con tus seguidores?
Sí, totalmente. Te acercas al público porque enseñas tu día a día con toda normalidad, esa cercanía me parece importante para que conecten después con las canciones o las historias que cuento.
Como pregunta Bonus, si solo pudieras quedarte con tres discos. ¿Cuáles serían?
Mmmmm... Fine Away de Rogér Fakhr creo que es muy buena compañía. Favourite Worst Nightmare de los Arctic Monkeys y la banda sonora de Les Demoiselles de Rochefort de Michel Legrand.
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