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Pipiolas: "Somos lo que tú quieras y lo que a nosotras nos da la gana"


Neelam Khan Vela (@neelastica)

Adriana Ubani y Paula Reyes se conocieron estudiando interpretación aunque hace un año decidieron formar Pipiolas, una banda con la que estas dos amigas y actrices de formación han revolucionado y conquistado el panorama pop nacional. Su carismática personalidad llamó la atención de Elefant Records y tras entrar a formar parte del sello estrenaron su primer EP, El verano que me debes, un proyecto marcado por letras autobiográficas que calaron en un amplio público que se veía reflejado en ellas.


Con una puesta en escena muy cuidada, un sonido único, personalidad y carisma, Pipiolas están llamadas a ser uno de los grandes nombres de la escena independiente de nuestro país. Así lo demuestra la confirmación de su próximo concierto en el Inverfest el 5 de febrero, en el Festival Sónica en julio y en algunos otros que todavía no se pueden desvelar.


Ambas empezasteis en el mundo de la interpretación, ¿cómo surgió la idea de formar una banda?

Adriana: Nos conocimos en la RESAD estudiando interpretación y siempre hubo afinidad entre las dos. Cuando a Paula le rompe el corazón un "Narciso de la vida" piensa en mí porque sabe que he pasado por lo mismo, que mi ex narcisista (que encima es un intento de cantautor) me decía que no tenía talento musical y me dedicaba canciones diciéndome que ya no sentía nada por mí. El chiste se escribía solo y era inevitable que la venganza poética la hiciéramos de la mano.


¿Cómo llegasteis a ese primer tema? ¿Teníais claro cómo queríais sonar?

Paula: Para nada, es que realmente Pipiolas nace porque primero nace Narciso, y no al revés. Cuando la compuse fue por mera necesidad de expresión. Quedó tan chulísima que me vino la idea de que quizá sería más chulo aún formar un grupito de dos pipiolas bastante despechadas monetizando su trauma.


¿Cómo es el proceso de composición?

Paula: Hasta el momento compongo individualmente. Sobre todo parto de melodías que voy grabando y cuando empiezan a tener un sentido me meto en el estudio con Pablo (Vau Boy) a producir el sonido y probar si lo que está en mi cabeza tiene sentido o es un absurdez. Hasta el momento siempre se han acabado superando las expectativas o hemos encontrado sonidos inesperados que han encajado a la perfección. Me gusta mucho valorar los fallos como opciones, más de una vez me ha pasado que me he enamorado de un sonido mal grabado y he querido desarrollarlo porque daba una textura especial. Es más divertido no ser perfecto.


¿A la hora de componer os inspiran más la emociones negativas o las positivas? Donde duele inspira y esto hasta la fecha está siendo nuestra base creativa.


Hemos visto que seguís la filosofía de "monetizar el trauma", ¿creéis que lo reflejáis en vuestros temas? ¿Podemos decir que la música de Pipiolas es autobiográfica?

Absolutamente. Cualquier amiga que conoce nuestra vida está escuchando en nuestras canciones un audio de desahogo, pero al menos nos cortamos bastante de poner nombre y apellidos. No por pudor, porque en verdad somos muy poco políticamente correctas, pero sí porque en verdad para cuando salen las canciones ya ha pasado mucho tiempo desde que se escribieron y ni nos acordamos del nombre de la persona por quien iba. Es mejor hacerlas plurales para que se puedan reusar la próxima vez que te vuelvan a romper el corazón. Las canciones son como el típico bar chic al que llevas a todas tus citas, ¡ser de un solo uso es una pena!


Portada Neelam Khan Vela (@neelastica)

Si alguien que no os conoce pregunta por Pipiolas, ¿cómo os definiríais?

Creo que somos lo que tú quieras y lo que a nosotras nos da la gana. No tenemos un género concreto o cerrado, pero sí una forma de hacer las cosas. Vamos explorando según crecemos, somos un grupo para divertirnos y para hacérselo pasar bien a la gente. Pipiolas es una fiesta y son amigas haciendo cosas juntas.


¿En qué género os sentís más cómodas?

Definitivamente estamos bajo el paraguas del pop y nos vamos moviendo por todos sus apellidos. Mucha gente tuerce el gesto cuando se habla de pop pero a nosotras nos parece algo chulísimo, nos da libertad a la hora de crear un espectáculo en general, no solo a nivel musical.


¿Cuáles son vuestras referencias musicales? ¿De qué bebe vuestro sonido?

Adriana: Siempre destacamos lo distintas que somos respecto a gustos musicales. Yo soy súper reguetonera, lo confieso, y Paula es pop-rock total. Creo que vamos bebiendo mucho la una de la otra, yo he aprendido muchísimo de música desde que trabajamos juntas. Pero respecto a Pipiolas, creo que las referencias principales son las horas de música escuchadas de Paula y las referencias de pop y de los 2000 que compartimos.


¿Creéis que vuestra faceta de actrices os ha ayudado a desarrollar este proyecto? ¿Qué importancia tiene el arte en vuestras vidas?

Definitivamente, Pipiolas somos dos actrices cantando, buscando otra forma más de expresión artística. No es solo un proyecto musical, sino un proyecto artístico en su conjunto y creemos que es evidente que somos teatreras [risas]. El arte para nosotras lo es todo, lo vemos en todo y en todas partes. Todo nos parece una idea para un vídeo o un corto, un concepto para una canción, un meme para una foto de Instagram...


Hace casi un año vio la luz Narciso, vuestro primer sencillo. ¿Qué balance hacéis de su acogida?

Narciso es el principio de todo y empezamos con buen pie. Creemos que su acogida fue muy buena y que conectó con quien tenía que hacerlo porque se notaba que era algo súper honesto y rodeado de toda esa energía que mencionábamos antes: que somos amigas haciendo cosas juntas. Aún nos sigue haciendo mucha ilusión cuando se nos acerca alguien (sobre todo tías, por desgracia...) diciéndonos: “¡Es que parece que estáis hablando sobre mi ex!”.


Poco después os unisteis a la familia de Elefant Records. ¿Cómo habéis vivido este año tan frenético y lleno de cambios?

Lo de Elefant sigue siendo un regalo y una suerte para nosotras, nos sentimos súper afortunadas y cuidadas dentro de esta familia. Hemos hecho un montón de cosas por primera vez este año y creemos que no podemos estar mejor acompañadas.


Hace cuatro meses publicasteis El verano que me debes, vuestro primer EP. ¿Qué frase o concepto define este trabajo?

Este EP es claramente el resumen de un trauma monetizado, ha sido una terapia y un salvavidas para las dos.


¿Qué dificultades os habéis encontrado dentro de la industria musical?

Algo que nos sigue dando rabia admitir es el habernos dado cuenta tarde de que sigue existiendo un sesgo machista súper evidente. Desde ver cómo a grupos de tíos que llevan lo mismo o menos aún que nosotras no se les deja de programar, a ver cómo aún entre tías se crean rivalidades por temas, vamos a decir, estúpidos. Es algo con lo que nosotras estamos muy concienciadas y nos da pena ver cómo a veces algo que para nosotras está tan claro, se sigue pasando por alto o normalizando.


Habéis crecido considerablemente en poco tiempo, ¿cuál es la clave de vuestro éxito?

Muchas veces nos han preguntado (todo hombres, es algo que nos apetece puntualizar) que cómo hemos conseguido lo que llevamos conseguido. No creemos que haya una clave en sí, simplemente las piezas han encajado a la perfección y eso nos ha permitido seguir fluyendo en la música. El éxito en sí es tener la oportunidad de hacer música, en ningún momento tuvimos la pretensión de montar un grupo para acabar teloneando a las Ginebras o a Rigoberta Bandini. Nosotras simplemente hemos creado un concepto, que es Pipiolas, como excusa para divertirnos porque veníamos de una época de estar tremendamente tristes. Y nada más. Es la mezcla de investigar con el arte haciendo lo que te dé la gana.


Con la versión de What dreams are made of de Lizzie McGuire conectasteis con una generación muy nostálgica que añora volver a la era de los 2000. ¿Os gustaría revivir esa época?

A nivel musical, estético... ¡Por supuesto! Era una época de fantasía total. Además había una clara presencia femenina en la industria y muy potente.



En pleno siglo XXI muchos consideran que si no estás en redes sociales no existes. ¿Sentís la presión de publicar contenido o lo sentís como una herramienta para llegar a un público más amplio?

Paula: Adriana no siente presión ninguna porque suda completamente del móvil [risas]. Pero en mi caso que soy quien lleva las redes, las utilizo porque me parecen divertidísimas, no porque sienta la presión de hacerlo. Sí pienso que si no estás a un nivel de popularidad el hecho de no utilizar las redes como herramienta para llamar la atención sobre tu existencia es un error porque estamos en la era de la inmediatez y desaparecer del imaginario de la gente es facilísimo. Así que bueno, lo mejor a mi entender es hacer de las redes algo tuyo publicando lo que te dé la gana y no generar una relación tóxica con ellas.


Habéis terminado el año por todo lo alto. ¿Cómo fue compartir cartel con Rigoberta Bandini?

Adriana: Un sueño literalmente, yo tuve que hacer uso de todas mis herramientas actorales para no llorar delante de ella. Pero momento fan aparte, fue increíble ver que alguien a quien admiras tanto te reconoce a ti y a tu trabajo, fue muy cariñosa y profesional con nosotras. Además nos encantó ver que compartimos público, no esperábamos que se supieran nuestras canciones en ese concierto, fue una sorpresa preciosa.


¿Qué le depara a Pipiolas el 2023?

Sea lo que sea, seguro que muchísimo meme. Estamos preparadísimas y ansiosas por ver ese #sevienencositas de @lavida


Como pregunta Bonus, si solo pudierais quedaros con un disco y una película. ¿Cuáles serían?

Paula: Si solo puedo elegir un disco sería Greatest Hits de Queen. Y una película, Molin Rouge de Baz Luhrmann y así tengo dos bandas sonoras completas.

Adriana: Un disco del que me di cuenta hace poco que no me canso es Salad Days de Mac Demarco y película Beginners de Mike Mills.




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